CHERAM MORALES

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Declaración de Artista

Trabajar en comunidad es la base de mi producción artística. Considero que el arte debe relacionarse con la sociedad y con el contexto en el cual se produce. Es por ello que mis proyectos involucran a personas que viven y sienten las condiciones de vida del contexto donde produzco. Más allá de los resultados inmediatos de las piezas, el propósito de mi propuesta artística es cumplir con la función social del arte, en el momento en que éste se convierte en una herramienta para la reflexión y crítica de la vida cotidiana.
         Mi preocupación artística y profesional parte de mi contexto personal. Crecí en el Ejido Lázaro Cárdenas ubicado en las periferias de la ciudad de Tijuana, Baja California. Ahí observé y experimenté muchas de las carencias básicas que sufren los habitantes de las zonas marginadas de la región fronteriza. Los grandes asentamientos irregulares a la vista de todos y apoyados por nadie se extienden entre calles de tierra y lodo sin alumbrado público o agua potable y casas sin techo habitadas por familias hacinadas y repletas de niños que no tienen acceso a escuelas u hospitales.
         Ante tal situación, lamentablemente en muchas ocasiones, los niños y jóvenes recurren a la violencia para paliar sus necesidades básicas. Su principal preocupación es resolver el problema del hogar, la comida, el vestido; por lo que es difícil que lleguen a crecer intelectual y espiritualmente. En estos contextos el arte puede jugar un rol fundamental para generar experiencias positivas que permitan formar lazos interpersonales y empáticos con su comunidad, al mismo tiempo que les proporciona un lenguaje y medio de expresión para construir soluciones a sus problemas.
Crecí viviendo las inconformidades y la discriminación social, leyendo las noticias de violencia que plagan las páginas de los diarios y las calles, observando las injusticias y los niños atrapados en la espiral de la violencia. Todo ello me llenó la consciencia de coraje, el cual desembocó en la serie Soñadores, compuesta por frases y reflexiones que manifiestan de manera emblemática los malestares sociales comunes en varias partes del país, representados por tres personajes reales extraídos de los vídeos documentales de la lucha comunitaria que libran los habitantes de Cherán Keri, Michoacán, de donde soy originario y poseo fuertes lazos familiares.
Uno de los problemas que abordó constantemente en mi obra es la falta de vivienda digna en Tijuana. En un intento por denunciar la desigualdad social que impera y la situación de marginación de la gran urbe fronteriza, utilizo imágenes de casas que exponen las condiciones de vida de gran parte de la población local.  El título de la serie Tijuana Real busca hacer frente a los discursos totalizadores oficiales que pretenden omitir tal situación y la gama de colores brillantes simbolizan la fuerza y la energía de los habitantes que, lejos de dejarse vencer, persisten y más que sobrevivir, buscan vivir.
         Precisamente en este ámbito filosófico se encuentran las últimas reflexiones de mi trabajo en la comunidad. ¿Qué somos y cuál es nuestro propósito en este mundo?, es quizás el cuestionamiento más fundamental y trascendental de la existencia y se ha traducido en la serie Guerreros Nahuales; donde mezclo el misticismo del nahual como ente espiritual que cambia de forma adaptando las características de los animales, y el guerrero, mas no en referencia a la violencia, sino a la lucha diaria que hacemos en búsqueda del conocimiento y la comprensión de nuestro entorno. Es así que todos somos Guerreros Nahuales de la vida diaria donde luchamos por ser felices y nuestras armas son la habilidad de adaptarnos, como hacen los animales, para VIVIR. Con ello, busco generar en el espectador una reflexión sobre la fuerza que posee y la necesidad de disfrutar el hecho de que estamos vivos.
Me he formado profesionalmente en Tijuana desde la academia y en colaboraciones con Luis Garzón, Miguel Ángel Íñiguez y Olsyn Whizar. Como mis influencias identificó a Alejandro Zacarías en la reutilización de materiales en el saber que para crear arte lo primordial es el ingenio, e Ingrid Hernández, en la importancia del trabajo de campo y el estudio social.